El yacimiento de Los Millares está en Santa Fe de Mondújar, Almería. Es uno de los sitios arqueológicos más importantes del periodo Calcolítico en Europa.
La forma en que estaba organizado muestra una complejidad impresionante para el tiempo en que fue ocupado, que fue entre el 3200 y el 2200 a. C.
El yacimiento arqueológico de Los Millares es uno de los conjuntos arqueológicos más destacados de la península ibérica y de la Edad del Cobre en Europa.
Situado en la provincia de Almería, en el sureste de España, Los Millares es un impresionante testimonio de una civilización prehistórica avanzada que floreció entre los años 3200 y 2200 a.C. El yacimiento abarca una extensa área que incluye un poblado fortificado, necrópolis, sistemas de defensa y una serie de estructuras ceremoniales y domésticas.Uno de los aspectos más distintivos de Los Millares es su complejo sistema defensivo, que incluye murallas de piedra y torres de vigilancia que protegían el asentamiento de posibles invasiones.
Dentro del poblado fortificado, se han descubierto numerosas estructuras, incluyendo viviendas circulares y rectangulares, así como almacenes, talleres y espacios ceremoniales. La disposición planificada de las construcciones sugiere una sociedad organizada y jerarquizada, con evidencias de una economía basada en la agricultura, la ganadería y la metalurgia del cobre.
A las afueras de la muralla exterior, se encuentra la necrópolis, donde se han encontrado cientos de enterramientos, muchos de ellos acompañados de objetos rituales y de prestigio, como cerámica decorada, herramientas de piedra y adornos personales. Estos hallazgos arrojan luz sobre las creencias y prácticas funerarias de la sociedad de Los Millares, así como sobre su compleja estructura social.
La necrópolis del yacimiento arqueológico de Los Millares, es un componente fundamental de este asombroso conjunto prehistórico ubicado en la provincia de Almería, en el sureste de España. Esta área sagrada y funeraria ofrece una ventana única a las creencias y prácticas mortuorias de la sociedad que habitaba este sitio entre los años 3200 y 2200 a.C.
La necrópolis ocupa una extensión de unas 13 hectáreas y se localiza a las afueras del poblado. Se compone de unas 80 sepulturas de grandes dimensiones y diversas estructuras de carácter ceremonial. Las tumbas se distribuyen conformando pequeños grupos, lo cual refleja las relaciones familiares, sociales y simbólicas existentes en Los Millares. Las tumbas son colectivas, la mayoría constan de una cámara circular de entre 3 y 6 metros de diámetro que a veces presenta diversos nichos laterales.
La cubierta se realiza unas veces aproximando progresivamente las hiladas hacia el interior, formando una falsa cúpula, y otras con un cierre horizontal plano de madera apoyado en un pilar central. Desde el exterior se llega a la cámara por un corredor. El conjunto se cubre con un túmulo de tierra y piedras.
La necrópolis revela una serie de enterramientos que evidencian la complejidad y el cuidado con los que se honraba a los difuntos en esta antigua comunidad. En los enterramientos, se han encontrado numerosos objetos funerarios que acompañaban a los difuntos en su viaje hacia el más allá. Estos objetos incluyen cerámica decorada, herramientas de piedra, ornamentos personales como brazaletes y collares, así como objetos rituales de prestigio. La presencia de estos elementos sugiere una creencia en la vida después de la muerte y en la necesidad de proporcionar al difunto los bienes necesarios para su viaje al más allá.
Estos hallazgos proporcionan importantes pistas sobre la estructura social y las jerarquías de poder en esta antigua civilización. La necrópolis de Los Millares es, por lo tanto, mucho más que un cementerio antiguo; es un testimonio conmovedor de las creencias, rituales y ceremonias funerarias de una sociedad prehistórica que a pesar de los siglos transcurridos, sigue intrigando y fascinando a los arqueólogos y visitantes por igual.
El yacimiento de Los Millares, puede considerarse como un yacimiento arqueológico único, debido a su gran tamaño, a la riqueza de los ajuares funerarios, y a la complejidad estructural del asentamiento, delimitado por cuatro recintos concéntricos interpretados como murallas y fortificaciones.
Los Millares fue inicialmente un lugar sagrado formado por una necrópolis de sepulturas megalíticas. Las primeras evidencias de asentamiento se produjeron con dos siglos de diferencia respecto a la construcción de las primeras sepulturas. El poblado de Los Millares, su extensión y complejidad constructiva, podrían explicarse como resultado de un proceso de concentración de diferentes grupos sociales atraídos por el carácter sagrado del sitio. La fundación del poblado de los Millares junto a la necrópolis se realizó en un corto intervalo temporal, de forma que hace unos 5000 años, el poblado alcanzó unas dimensiones y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la Península Ibérica. Además, se desarrollaron innovaciones de enorme trascendencia cultural, como la aparición de los primeros objetos realizados en metal como punzones, puñales, escoplos, sierras o puntas de flecha en metal.
La muralla exterior es, sin duda, la que presenta mayor espectacularidad en su construcción. Por ella se accedía a la zona de cabañas, a través de una puerta monumental abierta entre dos torreones. Su longitud es de unos 310 metros, cruzando transversalmente toda la meseta, y contaba con un foso defensivo en su tramo central. Es el lienzo de muralla más grande de Europa en este periodo y se empezó a edificar hacia el año 2500 antes de cristo. Sus muros tienen 2 metros de espesor y están formados por bloques de mampostería, con su interior relleno de barro y cascajos. Pudo tener una altura de hasta 6 metros.
Será a mediados del tercer milenio antes de cristo, hace unos 4500 años, cuando nuevos cambios transformaron el sitio de los Millares. La mayor parte del poblado fue abandonado en estos momentos, y solo el recinto interior también denominado como ciudadela permaneció ocupado.